Hablando de privacidad de datos: Un día bajas a la calle a tomar un café.
Y un croissant, tal vez, no sé. La cosa es que pasas por delante del quiosco, le das una moneda al chico y te da el periódico del día.
Fácil no? Final feliz.
Bien,
Ahora imagina que cuando le pides el periódico al chico te sonríe y te cuenta que antes de entregarte el periódico tienes que escoger entre 2 opciones:
Opción 1.- Puedes pagar por adelantado la subscripción anual al periódico para tener la prensa de hoy…
O bien,
Opción 2.– Puedes optar por entregarle un informe con tu nombre, dirección, hábitos diarios, tu lista de la compra, una lista de las cosas que hay en tu casa, los lugares donde has estado, cuando, con quién, etc..
Miras a tu alrededor buscando una cámara oculta, no te crees lo que acabas de vivir. Esa segunda opción es la que más te incomoda e inquieta, así que le preguntas al chico:
– Porqué me pides todo eso, yo sólo quiero leer la prensa de hoy!
– Mira, no te ofendas, los del periódico dicen que con toda la publicidad y la subvención del gobierno no les llega -Te dice el chico levantando los hombros- . Entiendo que no quieras pagarme todos los periódicos del año, así que te propongo que me dés tus datos personales para que ellos puedan venderlos a más de 800 empresas y que a efectos prácticos pierdas el control de lo que estas empresas van a hacer con esos datos personales tuyos.
Fírma aquí por favor…
Mal rollo.
No?
Bueno, eso es exactamente lo que ocurre cuando acudes a tu periódico digital online y aceptas las cookies.
No en todos, pero en casi todos.
Y te cuento algo que tal vez no sepas:
Se pusieron de acuerdo para implementarlo a la vez. Los de «derechas». Los de «izquierdas». Los del medio, los de arriba y los de abajo.
Ahora viene cuando atraigo todo el hate ese que me encanta y todos me llaman conspiracionista o algo peor.
Bien,
Antes de ponerte aquí las evidencias de lo que te acabo de contar, te hago una pregunta retórica:
Sabes cuál es la opción que solemos escoger la mayoría, verdad? Lo sabes. Si quieres leer la prensa digital estás obligado a pagar, o con dinero, o aceptando las cookies y perdiendo así el control de un auténtico tesorazo: Tu vida digital privada. Muchos pasamos más horas en esa vida digital que en la «real». El petróleo de hoy son esos datos, y los regalamos a cambio de algo que en parte ya hemos pagado con impuestos.
Pierdes el control de una información carísima (si valoras en algo tu vida) y de lo que se pueda llegar a hacer con ella a favor o en tu contra. Ese seguro, o préstamo, o otra cosa que te deniegan y no sabes porqué… Esa llamada que recibes de quien no sabes cómo consiguieron tu teléfono…
En realidad hay 3 opciones:
Opción 1.- Pagar la subscripción anual y asumir que es un privilegio de pago tu derecho constitucional a la libre información (Artículo 20.1.d).
Opción 2.- Regalar tus datos personales aceptando las cookies a cambio de acceder al periódico del día, asumiendo los riesgos de dar esos datos a centenares de empresas y renunciar así al derecho a la privacidad que figura en el artículo 12 de la Declaración Universal de los DD. HH. y en el artículo 18 de la Constitución Española.
Opción 3.- Cerrar la ventana del diario digital para huír del chantaje, constatar el mercadeo de derechos fundamentales en los medios digitales subvencionados con tus impuestos y ponerte a buscar alguien que informe sin acudir a todo eso. O informarte por medios alternativos no extorsionadores.
Te propongo ese ejercicio. Resulta apostoflante.
Que qué es apostoflante? No sé, acojonante.
Bueno, te dejo con las evidencias abajo, he puesto aquí sólo 6 pero hay decenas de ellas. Si borras las cookies de tu navegador y accedes a tu periódico habitual verás lo mismo que en esos pantallazos. Para poder ver bien estos, pincha con botón derecho sobre la imágen y dále a «abrir imágen en pestaña nueva».
Podrás identificar las Opciones 1 y 2 de nuestra historia y los centenares de empresas («socios») a las que aceptando las cookies les regalas tus datos para que ellos hagan negocio.
Está mal. Eso está mal. Cambiémoslo. Tú también. Vomitemos esas cookies por siempre más. Escoge la 3. La Opción 3. Es la más divertida!!
Un abrazo.