La definición de privacidad, y por tanto la de privacidad digital es muy mejorable hoy día. No hubo que preocuparse mucho por el concepto hasta hace poco, pero ahora la falta de privacidad tiene implicaciones en muchos ámbitos de la vida. Igual hay que inventar otra palabra, no sé. Así se define el término en el diccionario de la RAE:
1. f. Cualidad de privado.
2. f. Ámbito de la vida privada que se tiene derecho a proteger de cualquier intromisión.
Ámbito de la vida privada…o de la pública, depende del lado de la mirilla donde pones el ojo. En realidad no existe una sin la otra.
La privacidad en el mundo digital -un mundo que ya nos ocupa más horas que el mundo «real»- tiene que ver con el control de tus datos, ya sea para protegerlos o para revelarlos, exista intromisión o no.
De hecho, cada uno de nosotros generamos tantos datos en el plano digital, casi siempre de forma inadvertida, que NO tiene sentido tomar la decisión sobre qué es lo que NO queremos mostrar públicamente. Es mucho más práctico evitar que toda esa cantidad de información se publique y entonces decidir qué parte de la misma queremos mostrar. De ahí que la definición de la RAE adaptada a nuestros días y al mundo digital quedaría en realidad invertida:
3. f. Capacidad de decidir qué parte de nuestra vida privada queremos excluír de la protección frente a intromisiones.
Cambia, no? Pues se supone que estamos diciendo lo mismo.
Es como si defines el verbo respirar como el acto de prevenir el ahogo. Esa visión inversa del problema es lo que hace pensar a muchos que buscar la privacidad es «esconder», y claro, ellos no tienen nada que esconder. Mentira. Podrida.
Circula por ahí tal cantidad de información sobre nosotros que si alguien nos quiere mal y dispone de medios te aseguro que tiene materia prima. Decir que no te importa eso hoy día es imprudente.
Eric Hughes, quien escribió el manifiesto Cypherpunk, definió la privacidad como la «Capacidad de revelarse selectivamente al mundo».
En el mundo digital, la privacidad es como la ropa que usas para salir a la calle de internet. Tus datos del mundo digital son muy valiosos. No los enseñes al primero que pasa.
Cómo? Pues eso. La mayoría circula en su «auto de internet» sin dárse cuenta que va en pelota picada y sin carné de conducir. Es más, si un día recuerdas vestirte y circular bien vestido por el mundo digital, puede que una de esas corporaciones que nos dan «cosas gratis» se extrañe y te pregunte:
Buenos días, va usted vestido? Tiene usted algo que ocultar?
Ir desnudos digitalmente nos degrada, nos hace dependientes y nos esclaviza. Ayudar con eso de ir vestido por el mundo digital es el objetivo del blog que estás visitando.
Yo no voy a agobiar aquí al personal con tecnicismos informáticos ni conceptos de programación. Internet está lleno de eso. Sé que eso no funciona para todo el mundo. Sólo para los informáticos que no saben salir de su cabeza.
No tienes que saber cómo funciona el árbol de levas de ese auto digital. Basta con aprender a conducirlo.
Vestido, si puede ser.